No serás ni el primero ni el último que comience una dieta y la abandone antes de llegar al objetivo que se había propuesto. A veces el fracaso está motivado por unas metas demasiado exigentes. Otras la culpable es una alimentación deficiente en la que sin motivo justificado suprimimos alimentos muy necesarios en nuestra dieta. Y casi siempre es la consecuencia de embarcarse en un importante proyecto de cambio de hábitos sin contar con la supervisión personalizada de un experto en nutrición.
Un nivel de compromiso que no se consigue sin el contacto directo
¿Sabes cuál es el principal motivo por el que la mayoría de las dietas por Internet fracasan? La falta de disciplina, de compromiso y de un seguimiento adecuado. Por muy en serio que nos tomemos nuestro trabajo, los nutricionistas no nos comemos a nadie. No obstante, es cierto que nuestra presencia tiene un gran peso en el éxito de cualquier plan de alimentación.
No pretendo que cada vez que te subas a la báscula de la consulta lo hagas con el temor de no haber alcanzado tus objetivos. Pero sí quiero ayudarte a entender por qué en esta ocasión no lo has logrado. Y más importante aún, qué debemos corregir para que la próxima vez que te bajes de la báscula sea con una sonrisa de satisfacción.
Para la mayoría de los pacientes, este contacto directo con el profesional es un estímulo muy importante que le ayuda a tomarse más en serio la tarea, no siempre sencilla, de reconducir sus hábitos alimentarios. Gracias a las consultas periódicas no sólo se puede ir afinando el plan de alimentación hasta adaptarlo perfectamente al paciente. También podemos trabajar en todos esos aspectos motivacionales que influyen en la consecución de unas determinadas metas.
Ventajas del asesoramiento nutricional cara a cara
Cuando se trata de cambiar unos hábitos muy arraigados a nuestras rutinas, en seguida se nos ocurren mil y una excusas para posponer un plan de acción contra aquello que nos está afectando. Deshacerse de las malas costumbres y preparar al cerebro para afrontar esta nueva etapa de bienestar probablemente sea lo más complicado a la hora de diseñar un plan de alimentación adecuado.
Pero cuando al fin das el paso y te sientas delante de un profesional para informarte de todo lo que estás haciendo mal con tu dieta e introducir los cambios necesarios para hacer que te sientas mejor, la cosa cambia. El asesoramiento nutricional cara a cara está repleto de ventajas que consiguen allanar tu camino hacia el éxito:
- Profesionalidad: ¿quién está detrás de las dietas que encuentras por Internet? ¿Qué intereses persiguen esas propuestas? ¿Van a acabar vendiéndote algún producto que realmente no necesitas para sentirte mejor? La consulta de un nutricionista aporta confianza: estás ante un verdadero profesional al que puedes consultarle todas las dudas que te surjan.
- Privacidad: tu información personal, tus inquietudes, tus ilusiones, tus propósitos con respecto al peso que te gustaría alcanzar… Todo lo que hablamos en la consulta se queda en la consulta. Es una oportunidad perfecta para que pongamos sobre la mesa cuestiones sobre tu necesidad de tomar alimentos azucarados, tus visitas a la nevera en mitad de la noche o tu falta de voluntad a la hora de decir que no a una invitación tan tentadora como calórica.
- Motivación: habrá quien te diga todo lo contrario, pero en una dieta no estás solo. De hecho, soy de la opinión de que tu entorno debe estar al corriente de tus propósitos para que recibas todo el apoyo y la motivación que necesitas. La comida también tiene un importante componente social y ponerse a dieta no implica perderse una cena con amigos o un banquete de boda. Implica saber escoger siempre la opción más saludable. En los momentos de debilidad, siempre viene bien que alguien te recuerde lo bien que lo estás haciendo.
- Nutrición inteligente: como profesional de la nutrición, mi trabajo no consiste en hacerte una dieta de la que te olvides una vez que hayas perdido los primeros kilos. El objetivo de estas consultas va mucho más allá: reeducar a tu mente y a tu estómago para que aprendas a comer bien. El reto comienza con un planning semanal pero a medida que avancemos se convertirá en una nueva forma de concebir tu manera de alimentarte: la nutrición inteligente.
Has llegado a tu objetivo. ¿Y ahora qué?
Te has librado al fin de los kilos de más, todo el mundo te dice que tienes un aspecto estupendo, has cambiado las tardes de sofá por unos estimulantes paseos por el parque y al fin eres consciente de que comer sano no era pasar hambre ni renunciar a un menú sabroso y original. ¿Estás dispuesto a olvidarte de todo eso?
En el caso poco probable de que hayas alcanzado todas estas metas sin la supervisión de un profesional, existen muchas posibilidades de que a la larga los malo hábitos encuentren un resquicio por el que volver a introducirse en tus rutinas. En cambio si has realizado todo este proceso con el asesoramiento de un nutricionista, un planning personalizado y unas visitas regulares, nunca olvidarás lo aprendido.
Tras pasar por mi consulta no sólo habrás perdido peso, habrás aprendido a comer, a elegir y a ser mucho más crítico con todos aquellos productos que consumes de manera habitual. Ésa es la principal diferencia entre una dieta que cuelgas en la puerta de la nevera durante unas semanas y un plan de alimentación pensado para que se te quede grabado en la memoria para siempre.
¿Estás decidido a bajar de peso? ¿Te gustaría tener más claro cuánto, cómo y por qué debes incluir determinados productos en tu dieta diaria? ¿Quieres sentirte más sano, más enérgico y, en definitiva, más feliz? Si lo tienes tan claro, ¡infórmate! Con un planning de alimentación semanal, las pautas y los consejos profesionales adecuados y el seguimiento personalizado, haremos que cada consulta te acerque un paso más a la meta deseada.